¡Menudo secarral! - Tessa Ashdown

Ante él se encontraba la estepa, un lugar árido con pocas plantas. No había ningún árbol hasta donde su vista alcanzaba. "¡Menudo secarral!" Pensó John justo en el momento en el que una de las ramas secas que había por allí crujió bajo su pié. Desde los dos meses que habían pasado desde su llegada a la isla apenas había visto a nadie. Una vez, recordó mientras ojeaba el terreno, vio una sombra negra por la noche que se acercaba a él, pero, por alguna razón, esta huyó cuando notó el movimiento que John hizo a modo de saludo, quizás no esperaba que aquel hombre estaba despierto. De cualquier modo, la isla era enorme y parecía cómo si mucha más gente viviera allí, gente misteriosa y a la vez, familiar.

¿Por qué estaba John en la estepa? Bien, cazar comida era una de las cosas que tenías que hacer en la isla para sobrevivir. ¡Menuda tontería eso de alimentarse en una isla desierta! Pues no, es lo primero que debes de hacer todos los días antes de asegurarte otras cosas. Una vez John había pintado un cuadro que había titulado "Naufrago", mientras pensaba en su historia contaba que su vida consistía en simular comodidad y buscar refugio. Cuando John llegó a la isla se dio cuenta de que la isla ya tenía suficientes refugios como para tener que preocuparte por encontrar uno. En esto andaba pensando cuando avistó a lo lejos una planta de mayor altura que los hierbajos que crecían en el suelo de la estepa. Aquella planta parecía tener una raíz gorda, y una raíz gorda significa alimento.

Con el tiempo John se había acostumbrado a buscar el alimento en cosas más sencillas que aves o pequeños mamíferos ya que la dificultad de atraparlos era grande. Su dieta ahora era vegetariana aunque de vez en cuando conseguía atrapar algún pequeño animal al que él llamaba "tentempié de media mañana". Escarbó un poco en la tierra y encontró una jugosa raíz. Si todo iba bien, su campamento aún conservaría alguna de las ascuas del fuego y seria capaz de avivarlas. No era para nada un maestro del fuego sino que, tras una tormenta eléctrica guardo el fuego que se produjo en uno de los árboles de la Jungla Negra, su actual "hogar".

Alarmado, se giró un momento. Había algo detrás suya, o alguien. Le estaba mirando, observando, quizás no intencionadamente. O quizás solo fueran imaginaciones suyas debido a la soledad.